domingo, 6 de octubre de 2013

A Horacio

duende porteño

cuerpo flaco y alma de milonga
sobre el tablón, 
y de memoria, recita 
mientras se deslizan entre el público
personajes, barrios, amores
y la sombra del piano 
tiene la voz como a los veinte
la frente llena de recuerdos
y una certeza absoluta: vivió

No hay comentarios:

Publicar un comentario