sábado, 11 de mayo de 2013


cállese,
le gritan los enfermeros
mientras lo atan a la camilla
¿habrá un pedazo de cielo
para el perverso?
no hay tiempo para saberlo
la espada del demonio
le atraviesa el cuello
sin dolor ni quejidos
el abrazo mortífero lo invade
ya no podrá lavar culpas
por los cuerpos desgarrados
y los sueños desteñidos
solo le queda el silencio de ultratumba








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